martes, 8 de enero de 2013

Primera toma de contacto




 Hoy, 8 de enero, he comenzado mis prácticas en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Severo Ochoa.

  Al ser un servicio diferente de los hasta ahora realizados,  me encontraba algo nerviosa a la vez que expectante por  ver cómo transcurría la jornada, por conocer de primera mano la gran carga asistencial que caracteriza  esta especialidad,  por ver cómo se organiza el trabajo, pues no es lo mismo visto desde fuera que desde dentro. Sin embargo, he de decir que me he sentido muy cómoda y el recibimiento por parte de las enfermeras me ha complacido mucho.

  El servicio está formado por el box 0, donde se realiza el triaje, luego están las salas de trauma, cirugía y otorrino. A continuación, nivel II, al que se asignan  los pacientes con patologías leves, y  al nivel  I,  los pacientes con  un estado de salud más grave (infartos de miocardio, síncopes, crisis epilépticas etc.). Hoy me ha correspondido  estar en este último nivel.

  Una de las cosas que más ha llamado mi atención ha sido la falta de intimidad que tienen los pacientes que acuden a este servicio, siempre se intenta guardar ese derecho a cuidar lo intimo, sin embargo, ¿ por qué a veces no lo hacemos correctamente? Tal vez por falta de tiempo o quizá por darle poca importancia o por las prisas .Lo cierto es que cuando el trabajo se te acumula te olvidas de esos pequeños detalles que a ti no te afectan, pero que para el paciente son fundamentales. La intimidad del paciente hospitalizado, es en muchas ocasiones relativizada a favor de otras necesidades consideradas más básicas y que giran alrededor de la enfermedad. A lo largo de toda la carrera se nos ha hecho especial hincapié en la importancia de proteger la intimidad del paciente porque es algo único y especial para cada individuo y cada uno lo vive de una forma distinta, influenciado por la educación que haya recibido, el sexo, la edad y muchos otros aspectos que intervienen en como el paciente experimenta esa invasión de su espacio personal. Pero continuamente se dan situaciones y factores que la vulneran.

  En resumen, podemos hacer un trabajo ejemplar,  cuidando cada detalle, cuidando de los pacientes a nuestro cargo sin olvidarnos nunca de la necesidad de respetar los derechos, la privacidad y la dignidad de los pacientes.

  También ha llamado mi atención la escasa comunicación entre el profesional y el paciente. Bien es cierto que urgencias es un servicio que por la enorme carga asistencial que tiene es complicado poder atender al paciente en todos los ámbitos, pero sin duda, debemos preguntarnos  si eso es lo correcto ya que uno de los aspectos más hermosos que tiene esta profesión es la capacidad de empatizar con los pacientes y ofrecerles no solo una atención meramente técnica para paliar o solventar los problemas que estén surgiendo en su organismo, sino ofrecerles nuestra ayuda y comprensión, aunque sea sólo preguntándole ¿ cómo está?,¿ cómo se siente?, si se encuentra bien y calmarle si tuviera algún miedo o temor acerca de su estado de salud. No digo que sea fácil,   pero hay que intentarlo, hay que buscar un rato libre, o si el día está más tranquilo de lo habitual podemos intentar realizar esta acción que no nos cuesta nada y beneficia tanto al paciente como a la enfermera que lo lleva.

  Y esto no solo engloba al paciente sino a todo su círculo familiar pues la familia lleva muchas horas de espera e ignora la situación de su ser querido, por lo tanto necesita también no sólo información sin sentir la  cercanía  del personal sanitario, saber que estamos ahí en cualquier momento, a su disposición para cualquier problema o  duda que tenga.

  Muchas veces conseguimos que nuestro trabajo se convierta en un círculo cerrado, nos olvidamos de cómo desenvolvernos en el difícil campo de los sentimientos,  de las emociones y de los afectos; en definitiva en las relaciones con nuestros pacientes.


1 comentario:

  1. Bueno Claudia, empiezas los diarios con cierto carácter "critiquillo", lo cual no pienses que está mal en ningún momento. Son buenas apreciaciones y que siempre son mejorables, como todo en esta vida. Mas chulo queda si en futuras observaciones, éstas las plasmas personalizandolas, bien sobre pacientes, bien sobre profesionales, etc, etc. La falta de intimidad y de comunicación en urgencias es algo que no pasa desapercibido

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