El lunes 14,
acude al servicio de Urgencias un varón joven por sincope con posible
intoxicación etílica, presenta cefalea intensa y alteración psicomotriz. A su llegada el paciente
se muestra muy agitado, no colaborador y
amenaza verbalmente al personal sanitario, por lo que, bajo orden médica, se le
colocaron sujeciones.
A un paciente consciente que consulta por
intoxicación alcohólica moderada hay que darle el apoyo necesario para que
pueda metabolizar el tóxico y eliminarlo por sí mismo (siempre que sea
posible), evitando en ese periodo de tiempo cualquier otro tipo de
complicación: traumatismos craneoencefálicos, aspiraciones, hemorragias
digestivas, convulsiones, depresión respiratoria, coma, etc.
A la mañana
siguiente, cuando conocí al paciente, se encontraba consciente y
orientado, mantenía una conversación con normalidad y no mostraba signos de alteración ni agresividad.
El resultado de la analítica extraída a este paciente dio unos niveles de etanol en
sangre de287 mg/dl y se le realizó un
TAC sin hallazgos importantes. A lo largo del turno se le dio el alta.
¿Cómo se sentirá el paciente? ¿Qué pensará
sobre la forma en la que ha actuado? ¿Verá ahora el peligro que tiene el
consumo de alcohol sin control? ¿Y sus familiares?
Las agresiones, ya sean verbales, o físicas,
son un tema que nos preocupan a todos los que son o vamos a ser profesionales
de la salud. ¿Cómo habrán actuado, qué habrán sentido las compañeras que
vivieron el incidente? Cada día ocurren más situaciones como estas y los médicos,
las enfermeras, auxiliares y celadores son los que se encuentran en una
situación muy vulnerable.
Creo que es realmente difícil enfrentarse a
una situación así. He vivido en anteriores rotatorios alguna experiencia
similar y no es nada grato. No solo te pones nerviosa sino que tampoco sabes cómo
actuar, el ambiente, tú mismo, está tenso y sabes que debes de mantener la
calma e intentar que el paciente se tranquilice y a la vez evitar que aumente
su agresividad y que la pueda utilizar contra ti, pero como siempre, de la
teoría a la práctica hay un gran paso y
la falta de experiencia siempre juega malas pasadas.
Cuando te encuentras de cara con un caso
similar, siempre intentas justificar al paciente por sus acciones, te dices a ti
mismo que es porque se encuentra en mal
estado, porque tiene muchos problemas personales, familiares, porque tiene
miedo, etc. Pero no podemos olvidar que
no debemos permitir que ocurra, nuestros pacientes deben de respetarnos al
igual que nosotros lo hacemos con ellos.
La actuación correcta seria mantener una
postura firme, si estamos nerviosos, al menos que no se nos note y siempre
mantener una distancia de seguridad con el paciente. No debemos nunca discutir
con el paciente pues esto conducirá a más agresividad por su parte y tampoco
hacer gestos o movimientos bruscos por los que se pueda sentir ofendido.
El Servicio de Urgencias es un ámbito que no
permite por su misma naturaleza dialogar mucho con los pacientes y sus familiares,
no es como cuando uno realiza las Prácticas en planta donde la relación con el
paciente es más estrecha, más cotidiana ya que tratas y conoces no sólo su enfermedad sino también
sus valores, sus dudas, sus temores, su forma de entender y enfrentar la vida,-muerte; por ello estableces vínculos
diferentes. Las enfermedades son lo que son pero cada paciente las hace únicas
y diferentes por su manera de vivirlas y enfrentarlas.
Este caso lo he escogido precisamente por ser
un problema que está afectando de forma alarmante a un sector cada vez más
joven de la población -los adolescentes-
y si no se le pone freno puede
llevar a problemas muy serios de salud.
La cultura del alcohol está muy enraizada en
nuestra sociedad. Socialmente beber no está mal visto. Para los jóvenes y no
tan jóvenes no hay fiesta o celebración
importante sin bebida y qué mejor ejemplo tenemos que las reuniones
familiares: bodas, bautizos, comuniones donde los padres fuman y beben delante
de sus hijos, con esa actitud nos están
trasmitiendo una forma de divertirse, evadirse y de relacionarse. Sin embargo
la forma de relacionarse hoy los jóvenes
con el alcohol es muy diferente a la de nuestros padres que suelen beber de
forma más regular y en torno a acontecimientos sociales ; hoy se bebe grandes
cantidades de alcohol en un corto tiempo, es” la cultura del botellón”, una
nueva forma de divertirse , una nueva forma de relacionarse en un espacio
propio con la música que gusta y los amigos .Todos sabemos lo importante que
son a esas edades ¡ y en todas! tener un grupo de amigos y relacionarse y para
ello hay que jugar todos al mismo juego
porque sino quedas “ aislado”,” excluido”,pero esta actividad se está
implantando en gente cada vez más joven lo que conlleva graves
problemas sociales y sobre todo de salud. Hay evidencias de que una
exposición de alcohol excesiva en la adolescencia eleva el riesgo de padecer
depresión, ansiedad, problemas
hepáticos… en la vida adulta. Por lo tanto es vital actuar en la población
joven para prevenir su consumo, promover la abstinencia o aumentar la edad en
el inicio del consumo.
Creo que es
necesario que todos nos
cuestionemos el actual modelo de diversión relacionado con el consumo de
alcohol y la tolerancia que los padres y la sociedad en general tienen de este
problema; por ello pienso que habría que modificar la imagen social del consumo
y desde la Atención Primaria diseñar, como en su día se hizo con el
tabaco, estrategias y programas preventivos
para ver como se podría llegar a los jóvenes. En esta labor debe implicarse
también la familia, así como el sector educativo, incluyendo este y otros
asuntos en el curriculum escolar como parte de una educación sanitaria que es
imprescindible que el adolescente reciba.
Bibliografía
consultada:
Gómez Quiros, P. Asociación nacional para la
seguridad integral en los centros hospitalarios. Manual de prevención ante las
agresiones al personal hospitalario. [Online].Madrid. Consultado el día
15/1/2013. Disponible en: www.semg.es/doc/home/manual_prevencion_agresiones.pdf
Gónzalez Guzman R., Alcalá Ramirez J. Consumo de
alcohol y salud pública.[online]. Departamento de salud pública. Universidad de
medicina, UNAM. México. Consultado el 15/1/13. Disponible en: http://www.ejournal.unam.mx/rfm/no49-6/RFM049000605.pdf
Bueno, interesante reflexión sobre el abordaje en la urgencia de una patologia desgraciadamente tan común como es la intoxicación etílica en jóvenes.
ResponderEliminarEn cuanto al uso de contenciones, efectivamente, se trata de un recurso al que acudir siempre que se ponga en peligro la integridad fisica del paciente, aconsejado y autorizado por el facultativo. ¿cómo se sentirá el paciente despues de lo ocurrido??. Quizás fuera un poco "agresivo" el haberte aventurado a preguntarle, a dialogar mas en profundidad, aunque eso si, hubiera sido super interesante saber qué pensaba, cual era su ritmo de vida habitual, a qué se dedicaba. Seguramente, la intoxicación etílica fuera la expresión de un patrón de "vida" bastante alterado.