miércoles, 16 de enero de 2013

Busquemos alternativas



  El lunes 14,  acude al servicio de Urgencias un varón joven por sincope con posible intoxicación etílica, presenta cefalea intensa y  alteración psicomotriz. A su llegada el paciente se muestra muy agitado, no colaborador  y amenaza verbalmente al personal sanitario, por lo que, bajo orden médica, se le colocaron sujeciones.

  A un paciente consciente que consulta por intoxicación alcohólica moderada hay que darle el apoyo necesario para que pueda metabolizar el tóxico y eliminarlo por sí mismo (siempre que sea posible), evitando en ese periodo de tiempo cualquier otro tipo de complicación: traumatismos craneoencefálicos, aspiraciones, hemorragias digestivas, convulsiones, depresión respiratoria, coma, etc. 

  A la mañana  siguiente, cuando conocí al paciente, se encontraba consciente y orientado, mantenía una conversación con normalidad  y no mostraba signos de alteración  ni agresividad.

  El resultado de la analítica extraída a  este paciente dio unos niveles de etanol en sangre de287 mg/dl  y se le realizó un TAC sin hallazgos importantes. A lo largo del turno se le dio el alta.

 ¿Cómo se sentirá el paciente? ¿Qué pensará sobre la forma en la que ha actuado? ¿Verá ahora el peligro que tiene el consumo de alcohol sin control? ¿Y sus familiares?

  Las agresiones, ya sean verbales, o físicas, son un tema que nos preocupan a todos los que son o vamos a ser profesionales de la salud. ¿Cómo habrán actuado, qué habrán sentido las compañeras que vivieron el incidente? Cada día ocurren más situaciones como estas y  los médicos,  las enfermeras, auxiliares y celadores son los que se encuentran en una situación muy vulnerable.

  Creo que es realmente difícil enfrentarse a una situación así. He vivido en anteriores rotatorios alguna experiencia similar y no es nada grato. No solo te pones nerviosa sino que tampoco sabes cómo actuar, el ambiente, tú mismo, está tenso y sabes que debes de mantener la calma e intentar que el paciente se tranquilice y a la vez evitar que aumente su agresividad y que la pueda utilizar contra ti, pero como siempre, de la teoría a la práctica hay un gran paso y  la falta de experiencia siempre juega malas pasadas.

  Cuando te encuentras de cara con un caso similar, siempre intentas justificar al paciente por sus acciones, te dices a ti mismo que es porque  se encuentra en mal estado, porque tiene muchos problemas personales, familiares, porque tiene miedo, etc.  Pero no podemos olvidar que no debemos permitir que ocurra, nuestros pacientes deben de respetarnos al igual que nosotros lo hacemos con ellos.

  La actuación correcta seria mantener una postura firme, si estamos nerviosos, al menos que no se nos note y siempre mantener una distancia de seguridad con el paciente. No debemos nunca discutir con el paciente pues esto conducirá a más agresividad por su parte y tampoco hacer gestos o movimientos bruscos por los que se pueda sentir ofendido. 

  El Servicio de Urgencias es un ámbito que no permite por su misma naturaleza dialogar mucho con los pacientes y sus familiares, no es como cuando uno realiza las Prácticas en planta donde la relación con el paciente es más estrecha, más cotidiana ya que tratas y  conoces no sólo su enfermedad sino también sus valores, sus dudas, sus temores, su forma de entender y enfrentar  la vida,-muerte; por ello estableces vínculos diferentes. Las enfermedades son lo que son pero cada paciente las hace únicas y diferentes por su manera de vivirlas y enfrentarlas.

 Este caso lo he escogido precisamente por ser un problema que está afectando de forma alarmante a un sector cada vez más joven de la población -los adolescentes-  y  si no se le pone freno puede llevar a problemas muy serios de salud.

  La cultura del alcohol está muy enraizada en nuestra sociedad. Socialmente beber no está mal visto. Para los jóvenes y no tan jóvenes no hay  fiesta o celebración importante sin  bebida y  qué mejor ejemplo tenemos que las reuniones familiares: bodas, bautizos, comuniones donde los padres fuman y beben delante de sus hijos, con esa actitud  nos están trasmitiendo una forma de divertirse, evadirse y de relacionarse. Sin embargo la forma  de relacionarse hoy los jóvenes con el alcohol es muy diferente a la de nuestros padres que suelen beber de forma más regular y en torno a acontecimientos sociales ; hoy se bebe grandes cantidades de alcohol en un corto tiempo, es” la cultura del botellón”, una nueva forma de divertirse , una nueva forma de relacionarse en un espacio propio con la música que gusta y los amigos .Todos sabemos lo importante que son a esas edades ¡ y en todas! tener un grupo de amigos y relacionarse y para ello hay que jugar todos al mismo juego  porque sino quedas “ aislado”,” excluido”,pero esta actividad se está implantando en gente cada vez más joven lo que conlleva  graves   problemas sociales y sobre todo de salud. Hay evidencias de que una exposición de alcohol excesiva en la adolescencia eleva el riesgo de padecer depresión,  ansiedad, problemas hepáticos… en la vida adulta. Por lo tanto es vital actuar en la población joven para prevenir su consumo, promover la abstinencia o aumentar la edad en el inicio del consumo.

  Creo que es  necesario que todos nos  cuestionemos el actual modelo de diversión relacionado con el consumo de alcohol y la tolerancia que los padres y la sociedad en general tienen de este problema; por ello pienso que habría que modificar la imagen social del consumo y desde  la Atención Primaria  diseñar, como en su día se hizo con el tabaco, estrategias  y programas preventivos para ver  como se podría llegar a  los jóvenes. En esta labor debe implicarse también la familia, así como el sector educativo, incluyendo este y otros asuntos en el curriculum escolar como parte de una educación sanitaria que es imprescindible que el adolescente reciba. 

Bibliografía consultada:

 Gómez Quiros, P. Asociación nacional para la seguridad integral en los centros hospitalarios. Manual de prevención ante las agresiones al personal hospitalario. [Online].Madrid. Consultado el día 15/1/2013. Disponible en: www.semg.es/doc/home/manual_prevencion_agresiones.pdf

Gónzalez Guzman R., Alcalá Ramirez J. Consumo de alcohol y salud pública.[online]. Departamento de salud pública. Universidad de medicina, UNAM. México. Consultado el 15/1/13. Disponible en: http://www.ejournal.unam.mx/rfm/no49-6/RFM049000605.pdf

1 comentario:

  1. Bueno, interesante reflexión sobre el abordaje en la urgencia de una patologia desgraciadamente tan común como es la intoxicación etílica en jóvenes.
    En cuanto al uso de contenciones, efectivamente, se trata de un recurso al que acudir siempre que se ponga en peligro la integridad fisica del paciente, aconsejado y autorizado por el facultativo. ¿cómo se sentirá el paciente despues de lo ocurrido??. Quizás fuera un poco "agresivo" el haberte aventurado a preguntarle, a dialogar mas en profundidad, aunque eso si, hubiera sido super interesante saber qué pensaba, cual era su ritmo de vida habitual, a qué se dedicaba. Seguramente, la intoxicación etílica fuera la expresión de un patrón de "vida" bastante alterado.

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